Se celebra el fin de semana más próximo a la festividad, con una romería y una feria que se sitúa en el barrio del mismo nombre, en los alrededores de la Ermita de San Crispín. Es costumbre bendecir las chinchetas, componente que se utilizaba para hacer zapatos antiguamente, siendo éstas consideradas por la población como un talismánque proporciona buena suerte y trabajo.