Es la fiesta grande por excelencia, se celebra a finales de junio. El sonido de los trabucos despierta el pueblo en fiestas, las comparsas desfilan al son de la música. El pueblo tiene un aire medieval con las chilabas y trajes majestuosos. Esta fiesta precede a la fiesta patronal dedicada al Ecce-Homo. Hay un gran número de comparsas tan moras como cristianas. Cada año le pertenece, a una de cada bando capitanear, la fiesta, organizando la Embajada que es el acto más especial de la fiesta, donde se representa la entrada del rey cristiano en el castillo moro.
El pasacalle del "boato" más bien de la ostentación o bomba, es decir, el día más espectacular de la fiesta, pues salen grupos de danza que bailan al son de la música mora o cristiana y muchas sorpresas más. El último día es el día de las carrozas. Además del pasacalle de las comparsas, se realizan otros actos como el mercado medieval que se sitúa en el Paseo Cervantes, los Juegos infantiles, el conciertos de rock y como no: los Toros.