EL MOLÍ DEL SALT
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La Senda dels Molins de Benilloba, un recorrido que conduce a un viejo molino y una cascada
El Molí del Salt de Benilloba es un espectacular rincón de la comarca de El Comtat, Alicante –a poco más de una hora y 15 minutos en coche de Valencia capital–, donde el visitante podrá conocer un viejo molino del siglo XVIII y admirar un bello salto de agua de unos 20 metros del río Penàguila, conocido como el Salt de Benilloba.
La conocida Senda dels Molins de Benilloba (Alicante), un itinerario ubicado en el término municipal de Benilloba y en el interior del Paraje del Molí del Salt, en la partida del mismo nombre -del Molí del Salt-, esconde una pequeña joya natural al final del recorrido. Allí el visitante podrá encontrar un viejo molino del siglo XVIII, el Molí del Salt de Benilloba, y una bella cascada, conocida como el Salt de Benilloba, en el curso del río Penàguila.
El camino hasta el Molí del Salt está perfectamente señalizado, siendo una ruta perfecta y fácil para realizar con niños, y no muy larga -poco más de dos horas-. Aunque la temporada más adecuada para realizarla es otoño, por el caudal que cae en el salto, en otras estaciones como primavera o verano, a horas no muy calurosas, también es recomendable.
Durante el recorrido, además de la visita final al Molí del Salt y la cascada, visitaremos la Font de la Teulería; los restos de un acueducto; un viejo molino llamado el Molí de les Penyes del Salt, construido en 1852 por Francisco Ximeno Blanes en el margen derecho -contrario- al Molí del Salt, en la partida conocida como del Algepsar; y un antiguo puente.
La importancia del Molí del Salt, a pesar de su absoluta ruina, es que es el más singular y espectacular de toda la comarca de El Comtat, siendo declarado BRL (Bien de Relevancia Local) en 2017.
Construido en el siglo XVIII, durante la década de 1760-1770, tal y como se observa en la web del Ayuntamiento, fue propiedad de los Condes de Revillagigedo, quienes lo arrendaron a varios molineros antes de venderlo en 1865 a don Benjamín Barrié Dosonié, cónsul de su Majestad Británica en lo que actualmente es la Comunidad Valenciana. En 1899, Luís Orta Montpartler, vecino de Benilloba, compró el molino en nombre de la Sociedad Eléctrica de Benilloba (La Fàbrica de la Llum).
El edificio del Molí o Central Hidroelèctrica del Salt, de notable construcción y diseño, está construido sobre la roca y alzado sobre el vacío, junto a la cascada que origina el río Penaguila a su paso por una garganta en la cercanías de Benilloba. Fue utilizado para producir energía eléctrica que era suministrada a esta localidad. Estuvo en funcionamiento hasta la década de los cuarenta, en los que al integrarse los pequeños productos locales en la Sociedad Hidroeléctrica, dejó de funcionar y quedó abandonado, estando actualmente en estado ruinoso. Aquí se instaló el primer aparato telefónico de la localidad, ya que era necesario para avisar en caso de averias u otras contingencias.
Como os podéis imaginar, el Molí del Salt de Benilloba está enclavado en plena naturaleza, pudiendo visitarse en cualquier momento sin ninguna restricción -recordad ser cívicos, y respetar el medio ambiente y el entorno-.
Cabe decir, sin embargo, que en la actualidad está en manos privadas, y a pesar de que desde el consistorio de Benilloba se ha instado por segunda vez a los dueños del Molí del Salt a actuar para evitar su degradación, ya que está protegido, éstos parece que no están por la labor, además de que pretenden cercar el acceso -una vergüenza-, tal y como podemos ver en un artículo de Radio Alcoy en junio de 2018.
Su estado ruinoso, bastante avanzado, evidencia la dejadez por parte de sus propietarios, quienes, como ya os hemos mencionado, no están muy por la labor de realizar alguna acción antes de evitar la ruina total. En él se observan los tejados hundidos, quedando solo paredes, y restos de puertas, esquinas de sillares y algunos elementos originales.
Fuente: ValenciaBonita.es