LA ALBUFERA DE GAYANES RESURGE DEL BARRO
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Las últimas precipitaciones resucitan un humedal que prácticamente se había quedado seco a finales del período estival
La albufera de Gaianes, como el Ave Fénix, ha resurgido, pero en este caso del barro en lugar de las cenizas. Las últimas precipitaciones han resucitado este humedal, que prácticamente se había quedado seco a la conclusión del período estival. Las lluvias han posibilitado la reactivación de las fuentes de la zona, y también que numerosas aves acuáticas hayan vuelto a colonizar la lámina de agua.
La albufera de Gaianes reapareció en 2004, después de años y años de ser desecada de forma artificial para el aprovechamiento de los terrenos sobre los que se asienta para su uso agrícola. Sin embargo, la rotura de la tubería que era utilizada para desviar las aguas propició la resurrección de este humedal de cinco hectáreas de extensión, que al poco tiempo se había convertido en un espacio excelente para aves acuáticas, peces y anfibios.
Pero la albufera depende por completo de la pluviometría, y una prueba de ello es que durante el largo período de sequía que afectó recientemente al conjunto de la provincia se secó por completo. Se tuvo que esperar hasta principios de 2017, coincidiendo con los importantes temporales registrados en esa época, para que las aguas volviesen a aflorar y el paraje recuperara todo su esplendor.
La situación, sin embargo, se torció de nuevo este verano, coincidiendo con unos meses de ausencia de precipitaciones. Tal y como informó este diario, el humedal volvió prácticamente a tocar fondo en septiembre, hasta el punto que poco más que una charca sobrevivía justo en el centro de la albufera, donde los peces luchaban por sobrevivir y las aves, las que no optaron por marcharse a otros lares, se hacían hueco como podían.
Afortunadamente, la cosa ha cambiado con las lluvias registradas a lo largo de los meses de octubre y noviembre. Se ha tratado, en la mayoría de los casos, de tormentas y cortos episodios de precipitaciones de carácter irregular y muy localizados, pero con la suerte de que algunos de ellos han afectado de lleno a la zona de Gaianes.
El resultado no se ha hecho esperar, y la albufera ha vuelto a aflorar. El agua no ha alcanzado todavía su mejor nivel, pero lo cierto es que la diferencia con el aspecto que presentaba a finales del verano es más que notable, y que el paraje vuelve a estar rebosante de vida con la presencia de numerosas aves acuáticas.
Cabe recordar que la Conselleria de Medio Ambiente invirtió en su momento 700.000 euros para acondicionar el paraje, con la habilitación de isletas y la construcción de una pasarela de madera y un observatorio. Falta, no obstante, una segunda fase de canalización de unas fuentes cercanas, lo que permitiría mitigar al menos en parte los efectos de las épocas de sequía.
Fuente: Información