EL CASTILLO DE SEGÀRIA, LA DESCONOCIDA FORTALEZA DEL SIGLO XII DE LA MARINA ALTA
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Dominaba la llanura costera de Oliva y Dénia y fue primero un «hisn» musulmán y luego una atalaya cristiana clave para controlar a Al-Azraq
La Marina Alta es tierra de castillos islámicos. El de Dénia es, claro está, el más importante. Pero en los riscos más escarpados, el irreductible Al-Azraq se hizo fuerte en las fortalezas de Benissili y Gallinera, que coronan afilados riscos. También se levantaron castillos en Ambra (Pego), Ocaive (Pedreguer) o en una peña imposible del Mascarat (Calp). Hay otro «hisn» (castillo andalusí) que se erigió en una escarpada cima, la de Segària. Es una fortaleza bastante desconocida. Ahora, en una visita que a propósito de la programación del 9 d’Octubre en Dénia se realizará este sábado, este castillo desvelará algunos de sus secretos.
«Sí, es de los menos conocidos de la Marina Alta, pero tiene un interés histórico enorme», afirma el arqueólogo y director del Museu de Dénia, Josep A. Gisbert, que asegura que esta fortaleza es clave para entender la conquista cristiana de la comarca y la evolución del «precioso valle de la Rectoria», que fue donde se asentaron los musulmanes expulsados de Dénia.
En la cima de Segària, se conserva un tramo de la robusta muralla de un «oppidum» íbero que estuvo activo entre los siglos V y I antes de Cristo. Y en una escarpada pared que mira al norte están los vestigios del castillo del siglo XII. Es una atalaya impresionante. Se domina la llanura litoral de Oliva y Dénia. Y de ahí que tras la conquista, las tropas de Jaume I también utilizaran esta fortaleza. Controlaban el Camí Reial, antigua vía romana. Además, junto a los castillos de Ocaive y Laguar, este punto era esencial para controlar las revueltas de Al-Azraq.
El arqueólogo de Dénia subraya que en el Llibre del Repartiment y en los pergaminos del Archivo de la Catedral de València hay referencias al castillo y al término de Segària (la actual Rectoria, que incluye los pueblos de Sanet i Negrals, Benimeli, El Ràfol d’Almúnia, Sagra y Tormos). Ya se detectan topónimos como el de «Venimelim», ahora Benimeli, o Arobulata, que alude a la Font de la Bolata de Tormos.
«La toponimía se ha conservado maravillosamente. Su estudio, junto al de la documentación, ayudaría a conocer la historia de este valle durante la edad media», indica Gisbert.
Quienes participen el sábado en la visita (hasta la cima se puede subir en coche y el acceso al castillo es fácil) descubrirán el aljibe islámico. La fortaleza contaba con una pequeña guarnición estable en época almohade. De hecho, también se han hallado fragmentos de cerámica islámica y de un «tannur», un horno para cocer pan. Gisbert cree que si se realiza una intervención arqueológica se podría localizar una torre de esa época. Luego, conquistado ya el castillo, contó con peones (soldados) cristianos. Se construyeron nuevas estructuras. Se creó una terraza de 100x20 metros de poderosa mampostería. Una de las nuevas estancias, techada con una bóveda de cañón, pudo ser una despensa. Y allí arriba, en la cima de Segària y en el castillo, casi se respira ese tiempo de asedios, conquistas y revueltas de los siglos XII y XIII en la Marina Alta.
Fuente: Levante