ALICANTE TURISMO
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La provincia de Alicante, y su marca turística, la Costa Blanca, es una de las principales zonas turísticas tanto de España como de todo el continente europeo. Para el año 2016, la provincia de Alicante recibió 5.3 millones de turistas internacionales, conformando más de la mitad del turismo extranjero recibido en la Comunidad Valenciana, por tanto, siendo así la provincia más visitada de dicha comunidad autónoma, y la sexta de España. A su vez, la provincia recibió ese mismo año, 6.6 millones de turistas del resto de España, sobre todo de otras partes de la Comunidad Valenciana, así como de la Comunidad de Madrid, Castilla La Mancha y Región de Murcia, principalmente.
El origen del turismo en la provincia tiene lugar a mitad del siglo XIX, cuando se ponen de moda los balnearios marítimos, y se instalan en la playa alicantina del Postiguet. La apertura del ferrocarril también por aquellas fechas, fomenta que empiecen a llegar los primeros turistas desde Madrid, atraídos por los beneficios del agua marina, y los baños de barro y algas. En las sucesivas décadas comienzan a surgir los primeros hoteles, como el mítico Hotel Palas. Durante los años 20, y sobre todo al final de la posguerra, comienzan a surgir los primeros chalets residenciales y de veraneo junto a algunos de los arenales más extensos y vistosos de la zona, tales como la Playa de San Juan, en Alicante, y la Playa de Levante, en Benidorm.
Benidorm, ciudad pionera
En Benidorm pronto reconocieron el valor de su emplazamiento privilegiado para el turismo. Una ciudad situada en un pequeño cabo, flanqueada a ambos lados por dos enormes playas. Un paisaje idílico y una orientación geográfica hacia el sur, que genera un microclima que garantiza un gran número de días de sol al año.
El alcalde en el año 1956, Pedro Zaragoza, decidió realizar un revolucionario plan de ordenación urbana que creaba algo nunca antes hecho. Se creaba una ciudad pensada para el turismo, respetando la anchura de las playas, con amplios paseos marítimos, y grandes avenidas que se disponen paralelas al mar. Los edificios se construirán en altura, para optimizar el suelo, creando así una ciudad más densa y compacta que de cabida a más personas ocupando una menor proporción de suelo, y con una disposición de modo que todas las torres tengan vistas al mar.
El éxito fue rotundo, y pronto Benidorm se convirtió en la ciudad pionera en España en turismo de masas. Tras el primer boom de turistas nacionales que llegaban por carretera, comenzó el gran interés de los touperadores internacionales. La apertura del Aeropuerto de Alicante-Elche en 1967 fue clave en el desarrollo de esta industria. El crecimiento de turistas europeos fue vertiginoso, a la par que crecían los rascacielos en la ciudad.
La ciudad siguió innovando, y se instalaron nuevas instalaciones, como el primer centro de esquí acuático de España en los 60, o la apertura en 1985 de Aqualandia, el primer parque acuático de España y el mayor de Europa. En el 2000 fue abierto así mismo Terra Mítica, un parque temático que escenifica algunas de las más importantes civilizaciones del Mediterráneo, como Iberia, Roma, Grecia o Egipto.
Benidorm se le conoce como el Manhattan del Mediterráneo, ya que su crecimiento vertical le hace ser la 2.ª ciudad del mundo con mayor concentración de rascacielos por metro cuadrado, tras el distrito neoyorquino. En esta ciudad se encuentran algunos de los edificios más altos de España, tales como son el Hotel Bali III, o las torres gemelas Intempo.
Turismo Residencial
A la par que crecía el boom de Benidorm, la industria turística fue creciendo de forma exponencial en toda la Costa Blanca. La capital, Alicante, se desarrolló de cara al mar, con un ámbito claramente turístico. En la Playa de San Juan comenzó a darse el fenómeno de la construcción de grandes bloques de apartamentos de segunda residencia, que le otorgaron el sobrenombre de Playa de Madrid.
De este modo, se fueron desarrollando la mayoría de las ciudades costeras, algunas con un urbanismo más vertical y compacto, con bloques de apartamentos, y otras con un urbanismo más especulativo, con grandes extensiones de viviendas unifamiliares que ha generado problemas y polémicas en torno a su excesiva depredación del terreno.
También empezó a surgir una curiosa diferenciación respecto a la procedencia de los turistas que compraban su segunda residencia. Mientras que en ciudades como Alicante, Torrevieja y Santa Pola, los principales turistas eran de origen español, en los municipios situados al norte de la capital, la afluencia solía ser mayoritariamente extranjera. De este modo, en Benidorm los extranjeros eran mayoritariamente británicos, mientras que en Denia, Javea y Calpelo eran los alemanes, en Teulada los holandeses, o en Alfaz del Pi y Altea los escandinavos.
A partir de la década del 2000 el boom del turismo residencial vuelve a vivir un crecimiento similar al de los años 70 y 80. La ciudad de Torrevieja fue varios años la de mayor crecimiento nacional, y muchas ciudades de las llamadas de segunda línea de mar, desarrollaron importantes planes urbanísticos, en torno a campos de golf, y zonas verdes residenciales. Algunas de estas localidades, como Benisa, La Nucia, San Fulgencio o Rojales, crecieron exponencialmente de población, con porcentajes de población extranjera que sobrepasan las 3/4 partes del censo local. En la última década las comarcas donde más ha crecido este turismo residencial han sido la Marina Alta y sobre todo la Vega Baja, con una notable y creciente afluencia de residentes rusos.
Turismo de Interior
Durante los últimos años también se está haciendo un esfuerzo por desestacionalizar el turismo alicantino. Dar a conocer igualmente el interior, y escenarios alternativos y complementarios a las playas. De este modo se pone en valor el patrimonio histórico de las ciudades, como por ejemplo los castillos de la ciudad de Alicante y sus museos, la ciudad de Elche, con sus 2 patrimonios de la humanidad, destacando el espectacular palmeral, o la histórica ciudad de Orihuela, con su catedral y sus múltiples edificios históricos.
La Ruta de los Castillos del Vinalopó, situada en el Valle del Vinalopó, da a conocer una serie de ciudades que cuentan con castillos y fortalezas que las protegían durante el medievo. Se sitúan en una de las comarcas del país con mayor concentración de castillos, que se encuentran en diversas localidades como Villena, Biar, Bañeres, Castalla, Sax, Petrel o Novelda. Este turismo también se complementa con rutas comerciales, como la ruta del calzado en Elda, o las diversas rutas enológicas del Medio Vinalopó.
También hay un creciente turismo natural en las comarcas serranas del interior. En los diversos valles hay poblaciones pintorescas y lugares representativos. Desde las cumbres de las sierras que ofrecen vistas panorámicas de toda la costa, a lugares de gran valor como Guadalest, o las Fuentes del Algar.
Turismo Deportivo
Desde siempre ha habido una clara vocación por el turismo deportivo, siendo una zona muchas veces elegida para celebrar concentraciones de toda clase de colectivos y equipos deportivos, a fin de llevar a cabo entrenamientos, preparar la pretemporada u otros eventos. Es destacable el turismo asociado al ciclismo, dado que gran número de equipos profesionales y amateurs eligen la provincia como zona de entrenamiento, por el clima benigno y el buen estado y disponibilidad de carreteras de montaña. Cuenta con centros BTT como el de Lorcha dónde es posible el alojamiento de los ciclistas de montaña y el mantenimiento mecánico de la bicicleta, para recorrer las múltiples rutas y senderos señalizados.
Algunos municipios, en especial Santa Pola, aprovechan su situación geográfica para desarrollar una creciente red de turismo del deporte. En dicha ciudad se desarrollan anualmente todo tipo de competiciones que gozan de gran apoyo popular, como una media maratón, triatlon, natación en mar abierto, etc. Así mismo se está desarrollando en la ciudad la práctica de deportes acuáticos, siendo uno de los principales puntos del país para la práctica del windsurf y el kitesurf. En las comarcas de la Marina Alta y Baja, la costa accidentada es un escenario ideal para la práctica del submarinismo.
De este modo, la práctica de la vela está muy desarrollada en la provincia, siendo una de las que más puertos deportivos y clubes náuticos tiene en todo el país. Durante la última década se ha extendido la práctica del golf, sobre todo en algunas urbanizaciones que han crecido en torno a campos de este deporte.
En el interior, en diversas zonas de sierra, también se desarrollan actividades deportivas de aventura, tales como la escalada, el barranquismo, la espeleología, etc. La provincia cuenta con una red de senderos muy desarrollada.
Turismo Cultural
Las festividades de la provincia son una importante y creciente fuente de turismo, muchas de las cuales están declaradas de interés turístico internacional. Los Moros y Cristianos son las fiestas más populares de la región, siendo las de Alcoy, las más conocidas y las de Villena, las más participativas (1 de cada 3 habitantes). Asimismo en Alcoy destaca la Cabalgata de Reyes.Otras fiestas como la Semana Santa de Orihuela y Elche, las el Misterio de Elche o las Hogueras de San Juan, son fiestas y actos culturales que congregan un gran número de visitantes a las distintas ciudades que las celebran.
Fuente: Wikipedia