EL DESCUBRIMIENTO DEL PUENTE PERDIDO DE ROJALES
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Una investigación etnoarqueológica revela la ubicación y los restos de una antigua estructura en el río Segura anterior al actual del siglo XVIII
El paso elevado se localiza sobre el azud de sillería en pleno centro urbano
Durante siglos, los vecinos de Rojales han venido observando que para la construcción de la presa o azud del río Segura fueron utilizados diferentes materiales y de calidades distintas. Sin saber el porqué, los trabajados sillares entrelazados magistralmente para resistir las grandes avenidas del río contrastaban con zonas rellenas de piedras casi sin tratar, ubicadas en la presa y curiosamente en puntos equidistantes entre sí.
Popularmente se viene manteniendo que las diferencias observadas se debían a la degradación sufrida en puntos concretos del azud por el paso de los siglos. Ahora el enigma ha sido resuelto gracias a los trabajos de investigación y redacción de informes para la protección y restauración del conjunto hidráulico de Rojales.
De forma inesperada ha tenido lugar este descubrimiento etnoarqueológico, uno de los más importantes de las últimas décadas en el sur de la provincia: la localización de los restos de un antiguo puente sobre el río Segura, anterior al actual, y que se ubicaba sobre la presa o azud de sillares.
Con el hallazgo, la importancia del conjunto histórico formado por el puente de sillería de Carlos III, la noria, la toma de la acequia de la Comuna y el azud, aumentan su valor al constituir uno de los más grandes y ambiciosas obras de arquitectura hidraúlica y vial de la Comunidad Valenciana de los siglos XVI-XVIII.
El hallazgo ha sido constatado por el director del Servicio de Patrimonio Cultural de Rojales, Manuel de Gea y por el arquitecto técnico Antonio M. González. La investigación-técnico arqueológica determina que «de forma inesperada», y en el transcurso de los estudios realizados en el conjunto hidráulico se han descubierto las bases de las pilastras de sillarejo (sillares pequeños) de un antiguo puente situadas en el azud. La bases, hasta cinco, siguen una trayectoria semicircular, quelo convierten «en una construcción inédita para la época de su construcción, en el siglo XVI» se añade.
Valor añadido
Pese el actual puente de sillería fue construido en el siglo XVIII, sustituyendo al ahora localizado cuya base peatonal era de madera y sus pilares de piedra incrustados en la presa. «Se trataba de un puente mucho menos sólido que el actual y más propenso a sufrir el efecto de las grandes avenidas de agua. De ahí su sustitución en el siglo XVIII por el actual» indica de Gea.
Según las investigaciones el puente de madera estaba apoyado sobre dos grandes plataformas en ambas orillas del Segura, una de las cuáles se conserva en la margen derecha del río. Las cinco pilastras sobre las que se apoyaba el puente estaban colocadas siguiendo la corona circular del azud de sillería de una longitud de 40 metros por 10 de ancho.
En estos puntos no existen sillares ya que para sujetar las pilastras se utilizó piedra suelta y sillarejos sujetos con argamasa. La utilización de un dron durante los trabajos ha sido determinante para el hallazgo.
La concejala de Patrimonio Histórico de Rojales, Inmaculada Chazarra, destaca el enorme valor histórico del conjunto hidráulico que además, conserva como el primer día de su construcción sus usos, lo que le da todavía más importancia y realza su singularidad. «Ahora todavía tiene más valor al haber sido localizado los restos del antiguo puente» subraya.
La función del azud, de origen medieval, era y es elevar el nivel de la corriente del río para desviar el agua por el canal de captura de varias acequias mayores y de la noria de Rojales. «Ahora se demuestra que tenía (el azud) también la función de soportar el antiguo puente» apostilla Antonio M. González
Fuente: El Mundo