GABRIEL MIRÓ nació en 1879, fue amigo y coetáneo de Oscar Esplá, Emilio Varela o Azorín, autor literario valorado por intelectuales de la talla de Valle Inclán o Pio Baroja y periodista que trabajo para ABC, El Sol, El Imparcial, El Heraldo o el diario La Nación de Buenos Aires.

Casa de verano de Gabriel Miró en Benisaudet. 

Además de alicantino, fue cronista de nuestra ciudad y pasó muchos veranos en su casa en la ya extinta huerta alicantina.

Gabriel Miró vivió en una ciudad muy distinta a la nuestra, cuando Alicante contaba con poco más de cincuenta mil habitantes y los problemas, que sin duda no eran pequeños, poco tenían que ver con las prisas y con las urgencias de hoy en día. En esos años de cambio de siglo comenzó una paulatina inmigración hacia nuestra ciudad y empezamos a cambiar para ser una ciudad cada día más moderna y con mayor actividad comercial, política e industrial. Eran los años donde el empuje industrial de empresas como Harinas Magro, La Unión Española, Cerámicas Alicantina y Sol, Fundiciones como Aznar, Rodes o Seguí y Cía. y refinerías como Deuscht Cía. o Fourcade y Provot, convivía aún con espacios de huerta y tranquilas casas de recreo en lo que entonces aún eran las afueras de la ciudad.

Hace ahora ya casi 10 años se firmó un convenio entre el Ayuntamiento de Alicante y la Cámara de Comercio para regular la rehabilitación de una de esas casas de la huerta; precisamente la que usaba Gabriel Miró para sus descansos estivales. Han pasado casi 10 años y huelga decir en qué punto se encuentra la proyectada rehabilitación. Para quienes no conozcan la casa y tengan interés sus ruinas son tristemente muy visibles en el Barrio de Benisaudet.

Una vez más en nuestra ciudad las décadas van transcurriendo antes de abordar la solución real para algunos problemas. Todo está hablado, discutido, diseñado, maquetado y casi inaugurado pero sin ninguna actuación real. En el caso de la que fuera residencia de verano de Gabriel Miró, a pesar de los convenios firmados y de las resoluciones políticas aprobadas, a día de hoy no se ha movido una sola piedra y parece que ya solo el tiempo y el abandono podrán hacerlo.

No estaría nada mal que alguien desde el Ayuntamiento, la Diputación o la Generalitat se interesara y retomara la rehabilitación de una pequeña casa, que es una muestra -y no nos quedan muchas- de cómo era nuestra ciudad hace ya más de un siglo, y representa además el recuerdo de uno de sus más insignes habitantes.

Quedamos a la espera de noticias.

Localización: Casa de Verano Gabriel Miró
Fuente: El Mundo