Acceso Alicante Digital Registrarse Alicante Digital  

EL FERRIOL ILICITANO, TIERRA DE CANTERAS, CARRILADAS Y MAS COSAS SORPRENDENTES. UNA INVITACION A DESCUBRIRLAS.

  • Compartido por Javier Hernandez Codes
  • Categoría: Ferriol
  • Visto: 2122

El ferriol ilicitano, tierra de canteras, carriladas y mas cosas sorprendentes. Una invitacion a descubrirlas.

Al norte del término Municipal de Elche, nos encontramos con la interesante Partida rural del Ferriol, que junto Carrús envuelve al monumental Pantano de Elche, construido en el siglo XVII para contener el agua del rio Vinalopó, distribuirla para riego y demás necesidades humanas. El eje principal de toda esta estructura hidráulica sin duda es la Acequia Mayor, de gran interés etnológico e histórico, que vertebraba toda la Huerta del Camp d’Elx mediante un complejo sistema heredado de los árabes de acequias menores, canales, partidores, aljibes, presas, minas, molinos, acueductos. Una inmensa obra de ingeniería que conforma esa maravilla del Patrimonio de la Humanidad que es el Palmeral Elche, y que aprovechaba inteligentemente un recurso escaso en nuestra zona como es el agua, toda una Cultura del Agua inmemorial y sostenible.

En esta partida del Ferriol encontramos el punto más elevado del municipio, la Serra del Tabaia, con sus características antenas que tan bien se divisan desde la urbe ilicitana, un perfecto Mirador donde otear todo el Término Municipal de Elche y parte de los Aspe, Monforte e incluso de Alicante.

Además de su riqueza hidráulica y paisajística, tanto el Ferriol como Carrús nos acoge con un gran patrimonio cultural, importantes yacimientos de diferentes épocas, Edad de Bronce, Ibera, Romana,…  que nos hablan de la historia de Elche y en general del pasado de todo el Sudeste Peninsular.

Encontramos incluso un lugar mágico esculpido en época contemporánea sobre el lienzo pétreo de   antiguas canteras milenarias, “EL CAU”, donde Mariano Ros y sus amigos después de jubilarse de la industria del calzado, dieron rienda suelta a su imaginación y tallaron un universo que representa las maravillas de Elche, sus palmeras, la Dama, su Basílica de Santa María, el Pantano, los oficios tradicionales…, un lugar que además de ser un colorido manual de   hecho de piedra, se convierte en un parque temático escultórico, que sin duda es un sueño  para niños y mayores. Gran desconocido fuera de Elche, “El CAU” es digno de visitar, reivindicar y por supuesto proteger. 

Las Canteras donde se perfilan las esculturas de “EL CAU”, son parte de un universo mucho mayor, las sierras que se extiendes por Ferriol y Carrús, están salpicadas de explotaciones humanas de tiempo inmemorable, decenas de canteras al aire libre de blanca piedra caliza. La Sierra de Peligros (nombre quizás derivado del peligroso oficio de cantero), Serra de les Pedreres (nombre que denota la utilización de la piedra de estas lomas para lo construcción desde la antigüedad), L’ Animeta, lugares donde se le extrajo a la tierra los sillares que conformaran Elche y sus diferentes etapas históricas.

Los Iberos su Alcudia, los Romanos la nueva Colonia Iulia Ilice Augusta, los Hispanomusulmanes la Medina islámica, y con la llegada de los cristianos las canteras seguirían configurando el paisaje urbano y rural  de Elche, palacios, murallas, puentes, acueductos, torres vigías, el mismo Pantano, edificios públicos y religiosos  incluso entre 1672 y 1784 el trasiego de carros cargados de sillería tallada caliza de las canteras del Ferriol hasta Elche ciudad, seria intenso y constante hasta plasmar uno de los edificios más importantes de la ciudad la  Barroca Basílica de Santa María.

Se sabe que la utilización de la piedra del Ferriol continuo hasta principios del siglo XX, con la construcción del Paseo de la Estación con la llegada del ferrocarril a la ciudad de Elche. Otro dato interesante es, que de estas canteras salió la piedra donde un escultor ibero (o quizás fue una mujer) tallo majestuosamente el busto de la Dama de Elche. Recientemente se encontraron esbozos de esculturas iberas en excavaciones arqueológicas en las canteras del Ferriol, se pueden ver en el MAHE el Museo de Arqueología y de Historia de Elche, excelente museo emplazado entre un edificio moderno y el Palacio de Altamira, donde cada domingo o festivo   se puede visitar de manera gratuita.

El ferriol ilicitano, tierra de canteras, carriladas y mas cosas sorprendentes. Una invitacion a descubrirlas.

El ferriol ilicitano, tierra de canteras, carriladas y mas cosas sorprendentes. Una invitacion a descubrirlas.

Un hecho físico (y de memoria al interconectar el pasado y el presente) interesante como resultado de este constante tráfico de piedras que se visualiza como cicatrices en el paisaje rural ilicitano son las llamadas Carriladas o Rodadas, un museo al aire libre plasmado en centenares de metros en caminos entre sinuosos barrancos, principalmente el Barranco de San Antón y el Barranco de Santa María (llamado así porque por el discurrían las piedras que plasmarían la Basílica ilicitana del mismo nombre).

El ferriol ilicitano, tierra de canteras, carriladas y mas cosas sorprendentes. Una invitacion a descubrirlas.

El ferriol ilicitano, tierra de canteras, carriladas y mas cosas sorprendentes. Una invitacion a descubrirlas.

Surcos labrados por las ruedas del incesante paso de pesados carros conducidos por bueyes durante siglos. Un enigma, un misterio, los arqueólogos miden el ancho de las marcas para determinar el tamaño del eje de los carros y saber si eran iberos o romanos, pero lo cierto es que unos y otros caminos se superponen en un continuum de siglos de explotación de las canteras por unas culturas y pueblos diferentes concadenados y unidos a lo largo de los tiempos.

El ferriol ilicitano, tierra de canteras, carriladas y mas cosas sorprendentes. Una invitacion a descubrirlas.

El ferriol ilicitano, tierra de canteras, carriladas y mas cosas sorprendentes. Una invitacion a descubrirlas.

Lo cierto es que el paisaje se embellece con este aporte milenario humano, y deja que vuele la imaginación hacia otros momentos de la historia, de nuestra propia historia, porque nosotros somos los sustratos culturales y genéticos de todas esas gentes que pasaron por allí.  Esos caminos tallados por la fuerza del movimiento del paso miles de carros permiten expender la mente y visionar que todos y todas somos un todo, un cómputo de culturas y no podemos negar identidades, somos al mismo tiempo el cantero o el carretero ibero, romano, árabe o cristiano, y el sufrimiento humano padecido en estas canteras y el esplendor de los edificios e infraestructuras construidas con las piedras del Ferriol, son parte de nuestro ser.

Pero otros factores interesantes de estas Carriladas consecuencia de las canteras del Ferriol son su plena integración en el paisaje, enriqueciéndolo, lo cual conlleva una invitación a descubrir el lugar, que se presenta principalmente en forma de barranco, pero también en forma de colinas y lomas desde donde desciendes y transitan. Y es precisamente en el cauce casi siempre seco de esos barrancos donde las Carrilladas se presentan. En zonas agreste y montañosa en épocas pasadas, el barranco representaba una excelente vía de comunicación, de hecho, al no existir caminos debidamente trazado, por ellos discurrían las gentes, las mercancías, el trashumante ganado y como no, las piedras del Ferriol.

El ferriol ilicitano, tierra de canteras, carriladas y mas cosas sorprendentes. Una invitacion a descubrirlas.

El ferriol ilicitano, tierra de canteras, carriladas y mas cosas sorprendentes. Una invitacion a descubrirlas.

Recordemos que por estas veredas   se accedía al interior a la meseta castellana por viejos caminos como el de Monfort y hoy se recrean sendas históricas donde atravesar y conocer el territorio, La Senda del Poeta dedicada al gran poeta Miguel Hernández discurre cercana o el llamado Camino del Cid, incluso veremos la indicación en forma de Concha del Peregrino (la famosa Vieira) del Camino de Santiago, que por aquí pasa.  Los y las amantes del caminar podrán disfrutar a su vez de la ruta circular PR CV 450 que recorre los interesantes barrancos del Grifo Y San Antón.

El ferriol ilicitano, tierra de canteras, carriladas y mas cosas sorprendentes. Una invitacion a descubrirlas.

Zona semiárida como corresponde a la poca lluvia recibida anualmente, un factor atmosférico que no nos priva de un bello lugar acorde con el clima mediterráneo. En su transitar descubrimos infinidad de plantas aromáticas, el cantueso con que se elabora el aromático licor, y tan bien nos ayuda en infusión a una buena digestión, y por supuesto, Romeros, Tomillos, Pebrella endulzan el aire y la Albaida, el Esparto, la Bufalaga, la Efedra, Lentisco, están siempre presente y en verano vemos florecer al Narciso, al Jacinto, a la Globularia y la Coronilla.

Un Paraíso de flora digno de cualquier amante de la naturaleza y buen pretexto para introducirse en la Botánica, incluso en la rica Etnobotánica. Antes de que la industrialización nos invadiera con sus plásticos, latas y demás desechos que invaden cunetas y el mismo monte, contaminando la biodiversidad, la madre tierra nos brindaba esa riqueza vegetal, que nos permitía elaborar material biodegradable, reutilizable, para infinidad de aperos de labranza, cestos, alpargatas, cordaje, ropas, material de construcción, incluso jabones o lejías que se elaboraban con la sosa de las cenizas de las plantas barrilleras. Una producción natural y ecológica, próxima, artesanal, todo perdido en nombre del petróleo y su “Modernidad”.

Y no decir del factor gastronómico, hojas y floras silvestres comestibles, Raim de Pastor, Achicorias, Acelgas, Hinojos, Linzones, mil plantas que encontramos a nuestro alrededor visitando el Ferriol ilicitano o cualquier comarca valenciana.  Sería de agradecer para impedir toda esta pérdida de sabiduría ancestral buscar la conexión intergeneracional, aprender y gozar de la sabiduría de nuestros mayores.

Los antiguos bancales abandonados nos van a permitir descubrir esas zonas abancaladas donde el olivo, la higuera o algarrobos centenarios nos acogerán con sus refrescantes sombras en el tórrido verano mediterráneo y su misma presencia nos alegrara por el milagro de árboles generadores de vida que son.

La fauna está también presente, si los cuatro sentidos sabes utilizar, un bello ejercicio respetuoso con la naturaleza. Observar, respetar y el mítico Sacre (víbora local) podrás descubrir rectando en el que ha sido siempre su medio natural.  No solo serpientes y víboras, también pequeños y grandes mamíferos e infinidad de insectos que polinizan o limpian bosques y campos por nosotros.

En general descubrir los espacios naturales de nuestro alrededor, en este caso la Partida del Ferriol, es un ejercicio de salud y de integración en el Territorio, dándole valor, lo cual permite protegerlo y compartirlo. Conocer un lugar y su riqueza nos hará atrevernos a plasmar otras gestiones del territorio más respetuosas, transformándonos en sujetos activos de muestro propio espacio y lugares donde vivimos.

                Al descender por los Barrancos del Ferriol vemos el caos de civilización que nos han impuesto, nos adentramos en la llanura en concreto en la Partida de Altabix donde carreteras y autovías con su trasiego de coches infinito, destripan un paraje desolado no hace mucho fértil. Dentro de esta destrucción me imagino plasmar corredores verdes, huertos sostenibles, otras relaciones con el entorno y con nosotros mismos, donde lo urbano no devore la naturaleza, lo rural y otras relaciones con la Madre Tierra se plasmen, y nos damos cuenta de que otro mundo es posible y se debe construir.

 

Os invito, a deambular libremente por los senderos del Ferriol o de cualquier parte, descubrir sus lugares y cosas sorprendentes, subir sus colinas, descender sus barrancos, un bello ejercicio de historia y de comunión con la naturaleza, todo con mucha  poesía,  sentido común y colectivo, a si se construyen  sueños, pero siempre a pie o en bicicleta. El ferriol ilicitano, tierra de canteras, carriladas y mas cosas sorprendentes. Una invitacion a descubrirlas.

El ferriol ilicitano, tierra de canteras, carriladas y mas cosas sorprendentes. Una invitacion a descubrirlas.

Fuente: PERE UBU

PHOTO SHPERE EL CAU

La árida y desconocida sierra de Elche esconde lugares tan fascinantes como El Cau (la madriguera), el cual consiste en un conjunto escultórico labrado en una antigua cantera de la sierra del Tabaià, en la pedanía ilicitana del Ferriol. La frágil roca arenisca, que siglos atrás se utilizó para la construcción de diferentes edificios tanto de Ilici (hoy, L’Alcúdia) como del Elche actual, ha servido para esculpir y grabar numerosas imágenes y figuras representativas del municipio ilicitano, lo cual ha dado lugar a un interesante museo al aire libre que bien merece la pena visitar.
El ya anciano Mariano Ros es el creador de este curioso rincón, cuya primera ubicación se situaba en la sierra del Castellar, junto a la presa del Pantano y donde existen restos de un antiguo asentamiento islámico. Debido a diferentes normas de protección sobre el anterior paraje, en el año 2000 fue instado a desplazarse al actual emplazamiento, donde, junto con algunos compañeros, continuó realizando relieves, esculturas y grabados hasta el año 2008, momento en que se requirió la paralización de sus trabajos, por hallarse en monte público...
Fuente:Pedro Expósito y Sendas y Leyendas

EL CASTELLAR DE LA MORERA

El Castellar d’Elx o de la Morera es uno de los yacimientos arqueológicos más interesantes que el panorama de la arqueología islámica puede ofrecer en la provincia de Alicante. Es además uno de los yacimientos más controvertidos y olvidados en el ámbito de la arqueología islámica en la provincia Alicantina. Se trata de encontrar una explicación histórica a la existencia de este importante asentamiento en las afueras de Elche a la luz de los convulsos procesos de la formación de una sociedad islámica entre los siglos VIII y X, entre los que se sitúa la problemática de la localización del topónimo árabe “Al-‘Askar” (el campamento), denominación que aparece en un pequeño número de fuentes históricas relativas a los acontecimientos que se producen en esta región a finales del IX y principios del siglo X.
Localización: Mapa Partida Ferriol
Fuente: Canal YouTube Juanjo Segura y Arqueología Mediaval

CASTELLAR DE MORERA

 

Visita al Castellar de morera, montaña al norte de Elche que alberga restos arqueologicos que van de epoca neolitica hasta la epoca de dominacion musulmana. Es muy conocida en la ciudad de Elche por su vistosidad y por ser uno de los montes que se encuentran en el entorno del Pantano de Elche.

 

Localización: Mapa Partida Ferriol
Fuente: Canal youtube FMorgan

REPETIDOR Y EMISOR DE LA SIERRA TABAYÁ

Vistas desde el repetidor de la Sierra del Tabayá

Aquí se sitúan los emisores de TeleElx y la difunta Localia. También emitía Telelínea TV hasta que Localia se movió al canal 47 anteriormente ocupado por ella. Además, la mayoría de radios locales también emiten desde aquí. Desde la práctica totalidad de Elche se puede localizar a simple vista si miramos hacia el norte. Encima de una montaña veremos un mástil alto blanco y rojo, propiedad de la operadora Movistar. Justo al lado están los emisores de televisión y radio, apenas distinguibles. La orientación es prácticamente idéntica a la descrita para el repetidor de Elda, es decir, hacia el norte. Este repetidor es el "responsable" de que en Elche haya muchos hogares con dos antenas UHF (una hacia Aitana/Carrasqueta para los canales nacionales y autonómicos y otra hacia Tabayá para los locales).

Localización: Google Maps
Fuente: La Televisión en Elche

AL CASTELLAR DE MORERA POR UN ITINERARIO POCO COMÚN

 
Los seguidores del blog saben que casi todas las semanas ando enredado por el Norte del término. Después de tantas carriladas y petroglifos decidí hacer un alto en el camino y encaminar mis pasos a Ferriol (de nuevo) para terminar en El Castellar de Morera, un montón de años sin subir. 
 
Decidí desestimar la ruta habitual desde el Pantano para hacerlo justo por donde casi nadie lo hace: por las paredes verticales que miran al Este, allí donde la erosión eólica ha tallado pináculos y profundas oquedades en un paisaje más que peculiar. 
 
Al final no resultó tan complicado y tiene varios premios añadidos: se puede ver la cantera del Castellar, sin salida aparente hacia el valle por lo que puede que se haya mantenido intocada desde hace un montón de tiempo (tengo que volver a confirmar el detalle), una magnífica visión de lo que llamamos la cola del Pantano cubierta de carrizo, algunas curiosidades botánicas como un hermoso rodal de oloroso espliego y otros arbustos peculiares que otro día diré y por fin, como premio final, se sale a una de las partes recién excavadas, con dependencias y restos de las murallas del recinto en un punto en el que alcanzan más de metro y medio de espesor y una muestra del excelente trabajo de consolidación y protección de los restos y las dependencias excavadas; desde aquí mis felicitaciones al equipo.
 
La cola del Pantano; en primer término restos de muralla
 
 

 

Consolidación y protección de la excavación

 

La vara, al final, mide 1'20 m.
Paseando por allí se llega fácilmente al “primer asentamiento” de Mariano Ros, una serie de bajorrelieves en mitad del Castellar con motivos que después repetirá en el actual (justo encima de la cantera de Santa María, arriba del Racó de Morera). 
 

 

 

 

 

Reloj de sol con el gnomón partido. 

 

 
A la vista de lo que allí hay se entiende que con toda amabilidad le invitaran a no seguir: movió piedras para construir su “cau”, realizó los bajorrelieves en la roca, introdujo cemento y fabricó mortero, alguien acumuló útiles diversos que después se han quedado allí, etc. Ese rodal concreto ha dejado así de ser testimonio de épocas pasadas, aunque en última instancia las Administraciones Públicas deberían haber sido más cuidadosas en su control y haber atajado a tiempo la intervención en uno de los yacimientos más importantes de la comarca, estrechamente vinculado según las últimas propuestas con la refundación de de la ciudad musulmana en su actual emplazamiento.

 

Restos cerámicos
Del paseo extraje unas cuantas observaciones de interés: me sigue asombrando la sobreabundancia de restos cerámicos esparcidos un poco por todos los lados. También algunos hoyos en la piedra, probables soportes para pilotes de madera, uno de ellos con restos cerámicos en su interior que algún “voluntario” ha decidido poner allí[1]; del mismo tamaño una pequeña cubeta con un canalillo (o sea un inevitable petroglifo, seguro que hay más) pero lo mejor de todo es que me fui con la sensación de que tengo que volver.
Hoyo en la piedra probablemente para meter un poste de madera, con fragmentos de cerámica
 
 
Petroglifo en el Castellar
Selección de material digital de interés:
 
 

Le Castellar de Morera d'Elche est il la Madînad'al-Askar des textes arabes? / Pierre Guichard

 
Fuente: ¿...Y por qué no un blog...?

LAS CANTERAS DEL FERRIOL

Las canteras de Ferriol son un grupo de canteras con mas de 2000 años de antiguedad que se encuentran al norte del termino municipal de Elche y que fueron utilizadas por Iberos, romanos, musulmanes y cristianos para levantar la antigua Ilici y la ciudad de Elche hasta poco antes de la guerra civil española.

Publicado por: FMorgan

LA CONDUCCIÓN DE AGUAS ENTRE ASPE Y ELCHE


 1.- Marco histórico: antecedentes y evolución posterior
           La escasez de aguas ha sido una constante histórica en nuestras tierras, y desde la Edad Media, la regulación y administración de los recursos hídricos ha suscitado innumerables controversias entre Aspe y Elche.
 
            Tras la Reconquista, el Infante Don Manuel otorgaba mediante el privilegio de 5 de Abril de 1268 la propiedad de las aguas del Vinalopó a los pobladores de la villa de Elche, (Azuar, 1994). Esta donación incluía las aguas nacidas de diversas fuentes, dentro del cauce del río Tarafa, su afluente, en el  término municipal de Aspe. Según el profesor Azuar, los derechos sobre estos espacios hídricos parecen tener su origen en época islámica, dada la cercanía del Aspe musulmán a la antigua “Medina Ily” (Elche), ya que la “Medina Ily” debió ejercer el derecho de uso y explotación de las aguas del Vinalopó sobre los núcleos rurales islámicos de la cuenca del río.
Las aguas de Aspe suponían un  porcentaje muy elevado sobre la totalidad del caudal hídrico que entraba en la Acequia Mayor de Elche, pues así se constata en estimaciones realizadas en diferentes siglos. En un reconocimiento de las fuentes de Aspe producido en el siglo XVIII([1]), se manifestaba:
 
            “... Que en el pantano entran continuamente doce Ilos de agua, los mismos que vienen para el riego de la Huerta de esta villa y su universidad de Sn Juan, de los quales los diez Ilos son de agua dulce y de buena calidad, un Ilo de las fuentes que estan serca de la rambla o Rio no es tan dulce, ni de buena calidad. Y el Ilo restante, es de unas fuentes que manan en la rambla llamada de Novelda, termino de dicha villa, cuyas aguas son algo salobres, Y habiendo probado todas las referidas aguas juntas a la parte superior del Molino que llaman del Río, apenas se les percibe que sean saladas; y por lo mismo tenemos por cierto, que se pierden y se hacen saladas en su transito desde el Molino al Pantano, asi por ser salitrosos los sitios y terrenos de dicho tránsito y Pantano, como por la detencion que en este se hacen...”
 
            Un nueva descripción de los manantiales y ramblas de Novelda y Aspe, practica-do en Junio de 1874([2]), repetía los mismos conceptos:
 
            “... Nos encontramos nuevamente en el punto donde se unen las dos cuencas, en el momento que las de Aspe entran en el nuevo cauce, se le incorporan las que nacen en el parte inferior de la presa del Molino de la Rata, y atravesando toda la Rambla de Poniente a Levante para introducirse en una mina que las lleva a el molino de Zamarra, pasan como hemos visto por encima de las saladas que vienen de Novelda.
            Al correr las de Aspe por una canal por encima de las de Novelda, se calculó que estaban éstas en la proporción de uno a nueve, de manera, que a la vista, una décima parte de las aguas que van al pantano de Elche son saladas, y  nueve decimas son dulces, o poco menos ...”
 
            El ingeniero Próspero Lafarga([3]), en su estudio realizado en la primera década del siglo XX para acometer las obras de canalización de las aguas de riego, expresa:
 
            “...Aguas abajo de Monforte recibe el Vinalopó un afluente de importancia por la constancia de sus aguas. Es este el arroyo Tarafa, que después de regar la vega de Aspe. deja sus sobrantes en el citado río.
            Los sobrantes del Tarafa, han sido objeto por nuestra parte de repetidos aforos durante el estiaje, resultando un caudal medio en cuatro años, en la referida estación, de 650 litros por segundo.
            Este dato es de gran importancia, pues los sobrantes citados, al ser almacenados en el Pantano de Elche, constituyen la base principal de los riegos de esta ciudad...”



 
 
             La documentación constataba la buena calidad de las aguas del Tarafa, pero éstas se volvían salobres y amargas tras unirse al Vinalopó y después de rebasar  el Molino del Río, situado en el estrecho de la Sierra del Tabayá, pues el Vinalopó en su discurrir hacia el pantano recorría terrenos salitrosos y yesosos, sumándose algunos aportes de manantiales amargos. Esta circunstancia propició la realización de una nueva obra hidráulica, que parte desde Aspe, a la altura del estrecho de la Sierra del Tabayá (Rafa de Pavía o Puente de Hierro), y deriva las aguas del Vinalopó por un canal paralelo al río, que evita el paso de las aguas de riego  por los manantiales amargos y las tierras salobres de la cabecera del Pantano, y es el denominado Canal de Desviación de las Aguas del Pantano, realizado por Próspero Lafarga en 1910.
            El problema de la falta de agua potable fue permanente en Elche. El cronista árabe Mohamed- Al-Idrisi, al describir Elche en el siglo XII expresa:
            “Las aguas del río ... son saladas. Para beber los habitantes tienen necesidad de traer de otros puntos aguas de lluvia, que conservan en aljibes.”(Alejandro Ramos), circunstancia que reitera Al-Himyari en el siglo XIV. Desde época medieval, el Consistorio ilicitano enviaba anualmente operarios a limpiar las fuentes  y el cauce del Tarafa, para que las aguas discurrieran sin obstáculo hacia Elche; estas circunstancias  originaron  numerosas fricciones  entre las dos poblaciones.
 
            Aspe contaba con numerosos manantiales, y desde Época Moderna las aguas de Aspe gozaban de cierto prestigio, porque imprimían dureza al templar los metales. Así lo relata en 1705 Salvador Perpinyà([4]):
 
“(Elche) Confina...y de Tremontana con la antigua villa de vuestra excelencia, Aspe, a donde se hazían y fabricavan los famosos y nombrados hierros de lanças y otras armas fuertes por el buen temple de sus aguas cristalinas”
           
            La persistente carencia de agua potable en Elche, se agrava en el siglo XVIII con el aumento de la población y las sequías más prolongadas. El cabildo ilicitano estudia la posibilidad de conducir aguas dulces desde alguna de las fuentes ubicadas en Aspe, y a lo largo de la centuria elabora tres proyectos diferentes.
 
FUENTE: Gonzalo Martínez Español y Felipe Mejías López

LA COCHERA: LOS RESTOS MÁS ANTIGUOS DEL CAMINO VIEJO DE ASPE A ELCHE

 
Ya hace algún tiempo, alrededor de la publicación de la interesante entrada El camino a Elche de Gonzalo Martínez Españolen la entrada dedicada a El camino viejo de Aspe:el itinerario de Cavanilles (1) anuncié que había encontrado restos de un camino íbero o medieval en los alrededores, buscando precisamente restos materiales del camino a Elche más allá de los leves rastros de marcas de carro encontrados por Gonzalo al principio de la Cuesta de la Cochera. Casi por casualidad encontré algo totalmente distinto: unas carriladas suspendidas por encima del actual camino asfaltado que va a la urbanización de La Cochera desde la  Carretera de Aspe. A mi criterio son carriladas íberas, por la anchura del eje y sus características (aunque como siempre los especialistas en arqueología tienen la última palabra). En cualquier caso evidencia la antigüedad del itinerario y casi de rondón plantea a su vez la importancia del paraje de la Torre de Carrús, lugar al que parecen encaminarse, pues el único vado practicable está en sus alrededores.  
Detalle de carrilada

A tener en cuenta que a mitad de camino entre la Torre de Carrús y el Aspe actual, en las Tres Hermanas hay un yacimiento íbero con restos de un camino ceremonial también de 1’20 de ancho. En contraposición, unos cuantos metros más arriba de las carriladas en la hondonada, el arqueólogo José Ramón García Gandía (uno de los autores del estudio de la Regia en Tres Hermanas) situó en una primera aproximación los fragmentos de cerámica de los alrededores como de época medieval o moderna; también hay que decir que el lugar en el que se encontraron los restos conserva por arriba  lo que podría ser un camino hoy no funcional de una misma ruta o vía, que evidenciarían los problemas históricos del itinerario, con cambios puntuales casi cada 10 o 20 años como se observa en la consulta de la cartografía histórica. 
 
Inevitablemente me surge el recuerdo de los eruditos del XIX (Lumiares, Chabás, Aureliano Ibarra, Figueras Pacheco...) que situaban la Vía Augusta por estos parajes. En cualquier caso lo que hay (en el término municipal de Aspe, por cierto) son dos tramos de un mismo camino carretero cuyas características están en las antípodas de las vías romanas. El primero consiste en unos 100 m. de trazado casi continuo y el segundo son varias carriladas puntuales sobre el lecho de arenisca del fondo de la hondonada de la Sierra de la Cochera.
 

Carriladas en la hondonada de La Cochera
De nuevo tenemos una serie de rasgos típicos: un camino tallado en la roca, de un solo vial (un sentido único de circulación de manera que no es posible que se crucen dos carros sin apartarse uno de ellos), un ancho de eje de 1’20 m, una parte central entre los carriles alisada o preparada para facilitar la eficacia del tiro y una caja o cajero del camino previamente tallado para evitar los roces del carro o de la carga sobre las paredes, allí donde es necesario. En este caso no se conocen canteras en las inmediaciones por lo que salvo error u omisión cabe otorgar una finalidad distinta a las derivadas de las actividades extractivas, un vínculo que muchos pretenden aplicar a este tipo de caminos y que no siempre, como es el caso, se cumple. 
Carriladas en la hondonada

FUENTE: PALANTIR

EL CAMINO DEL BARRANCO DE SANTA MARÍA Y LAS CANTERAS DE PELIGROS

 

En una entrada anterior me adherí a la hipótesis de Ferran Arasa, quien, buscando las vías romanas por el término llegó a la conclusión provisional de que el camino carretero que asoma en el cruce entre el Barranco de San Antón y el camino de Monforte, era íbero, aportando su semejanza radical con los caminos  excavados en la roca de El Castellar de Meca. Uno de los argumentos más interesantes es el ancho de eje supuestamente íbero: 1’20 m. de centro a centro de huella. Uniendo el tipo de explotación de las canteras por sus rastros aparentes y los caminos apareció otra hipótesis asociada: mientras que las canteras de alrededor del camino de Ferriol tenían una facies antigua, otras canteras como Santa María y algunas de Peligros tenían un aspecto moderno y aparecían vinculadas a caminos de la época, como los que se pueden ver en algunos de los mapas de entradas anteriores, pero en especial el de Carbonell, de 1812, del que reproduzco un fragmento. 




Barranco de Santa María desde Peligros
Con la cantera de Santa María e incluso las del Rincó de Morera todo encaja, pero la cuestión se complica con las existentes en la sierra Peligros: sin salida hacia al Norte, el camino que conecta directamente con el camino viejo de Monforte es demasiado precario como para haber circulado por él la ingente cantidad de piedra extraída de las mismas pese a la apariencia de modernidad que imprega a todas ellas. Además de ellas salió la piedra para la erección del paseo de la Estación en los primeros años del S. XX.
 

En la primera de las visitas que hice apenas eran visibles algunos restos de camino, pero tras las lluvias de finales de septiembre de 2012 el panorama se ha aclarado bastante en lo que al menos para mi es toda una sorpresa por la claridad de los actuales rastros: hay un camino que sale de las canteras de Peligros discurriendo por el fondo del barranco de Santa María, paralelo al de San Antón y del que es tributario justo en la confluencia con el Camino viejo de Monforte. Tiene todas las características de las rutas ibéricas aunque su ancho de eje de centro a centro de huella es superior a 1'40 m por lo que presenta la probable particularidad de haber sido reutilizado en época moderna. 
Por lo demás, la excursión presenta notables atractivos. Aquí un breve resumen.

Nos situamos en la confluencia entre los barrancos de San Antón y de Santa María, a la entrada de la urbanización Bonavista y tomamos el barranco de Santa María, que viene a nuestra izquierda y discurre entre chalets a ambos lados, en dirección Norte, al encuentro de las canteras de Peligros   


Nada más empezar el recorrido, en cuanto pasamos restos de una conducción de agua con canalización excavada en la roca, aparece un estrato de arenisca que el barranco ha ido modelando con algunos charcos o "tolls" con agua (no muy limpia, por cierto). 

Un poco más arriba, justo en la confluencia con el Camino de los Depósitos aparece una primera extracción de piedras y un pequeño algibe de agua, enlucido con mortero, similar al visto precisamente en las proximidades de las canteras de Peligros y que ya comentamos en la entrada correspondiente. El agua que recoge el lecho generado por la cantera se dirige al pequeño algibe.
SI cruzamos el camino y seguimos por el barranco, pronto aparece el primer rastro de camino de herradura y un poco más allá un abrigo en la roca.

 

Primer rastro de carriladas






 
Aunque aquí se pierde el rastro, apenas cien metros más allá se recupera. 
 
A destacar el ancho de las roderas
El primer elemento que destaca es el enorme ancho de huella, 30 cm cada una, que me parece excesivo para el rodaje de los carros modernos; creo que si se hubiese hecho un camino nuevo no se habría esculpido un ancho semejante. Así que sugiere una adaptación de un camino anterior, presumiblemente íbero. En el camino de Ferriol un carro romano o moderno se encajaría mientras que podría circular sin problemas por este, gracias a la adaptación. Un tallado, en ocasiones minucioso se puede observar en las roderas, que no se corresponde en absoluto con huellas debidas al desgaste por las rodaduras.


 
Detalles de la huella
A nuestra derecha se ve una loma formada por un enorme depósito de inertes, escombros de obra, tierra y similares, que llega a invadir el camino y a ocupar parte del barranco lateral a la derecha, como se puede observar en la siguientes fotografías:
 
 
 

Foto tomada en sentido descendente. La loma de inertes aparece a la izquierda




En un punto se superponen huellas del camino carretero con las de cadenas de retroexcavadora
 
En cuanto dejamos atrás la loma de inertes aparecen a pie del camino las primeras extracciones de piedra, algunas directamente junto a él. Más adelante se puede observar una moderna, con huellas inconfundibles de uso de barrenos. Como en su día se expuso con una excelente imagen las canteras aparecen formando una serie de "capillas"[1] a ambos lados del camino y a distintas alturas. Un conjunto que vale la pena visitar y perder la mañana por allí. Otro día apuntaré algunos detalles más para redondear la excursión.
  [1] Une ébauche de sculpture ibérique dans les carrières de la Dame d’Elche : Le buste d’El Ferriol (Elche, Alicante) / Cyril Gagnaison,  Christian Montenat, Jesús Moratalla, Pierre Rouillard et Elisabeth Truszowski

La imagen de cabecera es un recorte de pantalla de las canteras de peligros procedente del visor terrasit de la GV
FUENTE: PALANTIR

EL CAU

Se trata de una antigua cantera en la que un vecino de Elche, Mariano Ros Martínez, ha creado un espacio de ocio, con una serie de obras escultóricas como recuerdo de su pasado cantero, sin más ayuda que la de algunos amigos, que admirados por su trabajo se han convertido en sus discípulos.

En un principio, Mariano empezó sus trabajos en otro asentamiento más cercano al pantano, pero al tratarse de una zona de especial interés, se trasladó a su ubicación actual para evitar problemas posteriores.

Esta es su versión del escudo de Elche en su antiguo emplazamiento, que como se ve en la imagen, no llegó a utilizar la pintura.

De todas formas ha salido ganando con el cambio, ya que en su actual emplazamiento ha dispuesto de paredes verticales, para trabajar más cómodamente y los resultados también se pueden admirar mejor.

Imagen general de la zona.

Una de sus primeras obras fueron su autorretrato y una placa con sus datos.

En una de las numerosas visitas que he realizado a este lugar, me encontré con Mariano, que como es natural, estaba absorto en su trabajo.

En esta foto se puede ver el resultado de la obra que estaba realizando en la visita anterior.

Sus principales temas de inspiración son los relacionados con Elche y con sus tradiciones.

Aquí está rematando una de sus obras.

Obra conmemorativa de los dos Patrimonios de la Humanidad que posee Elche. El Misteri, que se celebra en la Basílica de Santa María y el Palmeral.

La Torre de Ros es de las últimas obras suyas que he visto, ya que está un poco mayor y ya hay varias obras de sus discípulos.

Esta es la versión de Mariano Ros del Pantano de Elche.
LOCALIZACIÓN: GOOGLE MAPS
FUENTE: GEOELX

EL MUNDO DE LAS CANTERAS DEL RINCON DE LA MORERA I

El Rincón de la Morera
Después de la sorpresa deparada por el Corralet del Tabayá era obligado bajar a ver con detalle las canteras del Rincón de Morera por aquello de seguir con uno de los motivos principales de mis recorridos por el Norte del término. Quizá no sean tan grandes como las de Pedreras o Peligros, ni tan antiguas como (en apariencia) son algunas de la valleta de l'Escorfer, pero tienen particularidades interesantes que pretendo ir presentando aquí. Y así tenemos sobre la cresta de la Sierra de Ferriol la única excavada arqueológicamente en el término municipal hasta la fecha y de ello hablaremos otro día; también resulta interesante la superposición en un mismo punto de extracción de técnicas manuales y contemporáneas, que presentan un barrenado muy ajustado para partir la piedra en bloques rectangulares, a diferencia de las canteras alrededor del camino de Monforte destinadas a mampostería irregular, por lo que se ve. 
 



Detalles de la cantera excavada sobre la línea de cresta de la Sierra de Ferriol. 



Algunas de ellas, las más grandes, se abandonaron hace muy poco y los canteros dejaron in situ algunos elementos materiales de su trabajo que, vistos hoy, resultan como mínimo curiosos; eso también lo veremos. 
 
De nuevo hay un pequeño aljibe vinculado a las canteras, que a su vez dejo para otro día. Finalmente y de eso va la entrada de hoy, cada vez que voy no dejo de maravillarme con el juego de tonos que nacen de la piedra y del paraje mineral: probablemente en ningún otro lugar del Norte del término se presenta tan acusado el matiz dorado tan buscado antiguamente por canteros y constructores. 


Las marcas de barrenado contribuyen a darle un matiz peculiar  
Si a ello añadimos el contraste con el negro dejado por las aguas de escorrentía cargadas de contaminantes y el blanco inmaculado de los numerosos taffoni que agujerean el paisaje, el resultado es sencillamente cautivador.  
 
Nota: no soy fotógrafo y mi cámara no es especialmente buena; parte de ellas son de un móvil con escasa resolución. Hago fotos y las presento sin retoques, además, la resolución se reduce drásticamente para poder incluirlas en el blog, así que los tonos son el resultado del diálogo entre la luz y la piedra.
LOCALIZACIÓN: GOOGLE
FUENTE: PALANTIR

OTRA VEZ DANDO VUELTAS A FERRIOL: LAS CANTERAS

 
Mis paseos por Ferriol y alrededores están reportando auténticas sorpresas. En ausencia de lo que nos depare el subsuelo, sinceramente creo que nos encontramos con el último Patrimonio histórico pendiente de redescubrir, recuperar, estudiar y preservar. 
Una multitud de factores explican el estado de conservación actual de las canteras y los caminos, el hecho de que apenas existan agresiones salvo algunas puntuales, graves y consentidas unas y las derivadas de la ignorancia y el abandono con que históricamente nos hemos pertrechado para abordar el tema, otras. Lo cierto es que caminos y canteras están ahí y aún estamos a tiempo de emprender las acciones oportunas para su recuperación y puesta en valor.
La cantera Santa María 
1.- Las canteras 
En una entrada anterior dije que las canteras del norte del término (y aún más allá, si me permiten la observación; los términos municipales son una invención reciente que no cuadra con las áreas de influencia históricas) deberían ser inventariadas como paso previo a su estudio.
Cantera Peligros
Ese convencimiento me sirvió para dirigir mis “pateadas” semanales a visitar las más importantes. En ese momento desconocía que ya se había hecho el inventario, detallado por cierto y que se están estudiando desde hace algún tiempo (2005 al menos, según el material citado más abajo) por un equipo multidisciplinar entre los que se cuenta:
Pierre Rouillard, arqueólogo especializado en caminos romanos e íberos y también en La Alcudia, considerado una autoridad en la materia. Basta efectuar una búsqueda de materiales en la red bajo su autoría para darnos cuenta de lo dicho.
Cyril Gagnaison,
Su tesis doctoral, de la que solo se puede acceder en digital a la primera página con los créditos y el resumen lo dice todo:
 
 
Además en su página en el apartado publicaciones, podemos ver otros trabajos relacionados.
Christian Montenat, autor de una tesis doctoral sobre la geología de la provincia publicada sobre los años 70 del siglo pasado que se ha convertido en obra de consulta obligada y a su vez una autoridad, “descubridor” de las canteras.
...y otros autores mayormente franceses bajo el paraguas de la Casa de Velázquez 

 
Tras unas cuantas búsquedas minuciosas en la red he podido acceder a algunos de los trabajos publicados directamente relacionados con las canteras de Ferriol.  
 
Un leve apunte con traducción hecha a pelo (cualquier inexactitud es responsabilidad mía, por supuesto) sirve para valorar la importancia que se concede a las canteras y a los trabajos de investigación en curso:
“De hecho, los macizos calcáreos de la zona norte de Elche han sido objeto de una explotación intensiva de la piedra durante más de 25 siglos, desde la época ibérica hasta el periodo moderno. Por una parte, esta actividad ha dejado múltiples huellas en el paisaje, y, por otra, los monumentos de la región, la Dama de Elche, y también las iglesias en especial la basílica de Santa María de la ciudad de Elche, están ahí para situar la importancia de estas canteras. Durante las campañas de prospección, varios centenares de canteras dispuestas en “capillas” han sido identificadas, en especial en tres sectores: El Ferriol, Peligros y Las Canteras. De estos conjuntos hemos tenido que escoger una cantera concreta para su estudio. Hemos elegido una explotación situada en el valle de Ferriol , lugar en el que nos parece que se concentran las canteras más antiguas.[1]
 
La piedra se convierte así en un potente hilo conductor, matriz para la Dama, para la estatuaria ibérica local y la práctica totalidad de monumentos locales posteriores a los que cabría añadir, digo yo, según algunas de las fotos antiguas recientemente expuestas el primitivo Paseo de la Estación, la ultima de las grandes construcciones públicas que empleó el material. Probablemente haya que incluir además la derivación del río de Lafarga y el puente de Riegos de Levante.
Sin embargo y a mi humilde criterio, hay una nota discordante en el artículo Entre “Dama” y “Santa... puesto que sobre una fotografía del camino íbero en el pie de la figura 22 que reproduzco se afirma que las carriladas son de la época moderna. Pero eso, otro día.
Fig.: 22. Els Canteres : ornières de roulement de l'époque moderne
Material digital sobre las canteras:
 
Entre “Dama” y “Santa María”, las canteras de El Ferriol en Elche / Pierre Rouillard, Marine Gleise, Jesús Moratalla, Gérard Montel, Laurent Costa, Christian Montenat, Cyril Gagnaison
 
Une ébauche de sculpture ibérique dans les carrières de la Dame d’Elche : Le buste d’El Ferriol (Elche, Alicante) / Cyril Gagnaison,  Christian Montenat, Jesús Moratalla, Pierre Rouillard et Elisabeth Truszowski
 
Material adicional:
 
Las primeras consecuencias locales de la investigación: Estudio diagnóstico de los materiales pétreos de las fachadas del Ayuntamiento de Elx
 


[1] Entre “Dama” y “Santa María”, las canteras de El Ferriol en Elche, p 213 en  Viejos yacimientos nuevas aportaciones : 10-12 de diciembre de 2008. – Madrid:  Ministerio de Cultura, 2010
LOCALIZACIÓN: GOOGLE
FUENTE: PALANTIR

REDES SOCIALES FERRIOL

 


Acceso Ó Registro

¿Recordar contraseña? / ¿Recordar usuario?

Nuestro sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Las cookies utilizadas para el funcionamiento esencial de este sitio ya se han establecido. Para obtener más información sobre las cookies que utilizamos y cómo eliminarlas, consulte nuestro política de privacidad.

Acepto las "cookies" de este sitio.
EU Cookie Directive plugin by www.channeldigital.co.uk