TORRE DE JUBALCOI
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Viendo las fotografías de este precioso palacete señorial con escudo nobiliario y torre vigía adosada, ubicado en la pedanía ilicitana de Torrellano, se comprende mejor que los ilicitanos debemos conocer y exigir la conservación del poco patrimonio arquitectónico, hidráulico, arbóreo, etc. que aún podemos disfrutar. Tenemos la obligación de que nuestros hijos también puedan apreciar estos valores de interés histórico-cultural, y además si somos inteligentes se comprende fácilmente que son un recurso turístico. Precisamente ahora tenemos la esperanza de que el proyecto impulsado por un admirable técnico municipal sirva para cumplir este objetivo, aunque de poco servirá por ejemplo elaborar un nuevo catálogo municipal de bienes arquitectónicos protegidos, si los responsables de cualquier signo político lo vuelven a convertir en papel mojado. Me estoy refiriendo a que ya existía un Catálogo que no sirvió para evitar el derrumbe de un edificio protegido como era la Torre de Estaña, el destrozo cometido en la fachada neoárabe del centro urbano, el abandono permanente de la Acequia Mayor del Pantano con sus partidores medievales y el paraje del “Agua Dulce y Salada” donde existe una colonia centenaria y única en Europa de chopos originarios del Eúfrates (tan protegidos como abandonados), o la ruina de la Ermita neoclásica del siglo XVIII en la sierra de El Molar cuyos propietarios trataron de convertir en alojamiento turístico rural con encanto pero por las interminables trabas de varios organismos de la Administración Pública sólo les ha resultado viable convertirla en albergue para un rebaño de cabras y ovejas.
En muchos municipios de la montaña de Alicante con apenas una antigua noria en funcionamiento e incluso limítrofes con Elche, han sabido poner en valor su patrimonio local, y así por ejemplo en las oficinas de Turismo de Santa Pola, Crevillente, o Aspe, tienen un folleto informativo sobre rutas oficiales de senderismo homologadas como Sendero Local o P.R.V. en sus sierras. El coste de mantenimiento de estas atractivas rutas es muy bajo, con paneles didácticos y marcas de pintura que a menudo se renuevan por voluntarios de grupos excursionistas igual que podría suceder aquí. En Elche existen varias rutas potencialmente atractivas, y entre ellas sobresale la que saldría del Molino Real del Parque Municipal actualmente cerrado y que un técnico municipal propuso que podría ser un Centro de Interpretación de los molinos harineros de la Acequia Mayor, con sólo fotografías y su sistema en funcionamiento con dos muelas de piedra y su eje con la pala de madera. A continuación nos dirigiríamos hacia la sierra norte señalando y vallando para su protección los restos de varios molinos, llegando a la colonia de chopos ilicitanos procedentes del Eúfrates, continuando hasta la presa del 2º pantano más antiguo de Europa (siglo XVII) y humedal con interesantes especies de avifauna, subiendo la sierra de El Castellar para ver el curioso yacimiento arqueológico de época árabe, y siguiendo con el patrimonio hidráulico de varios acueductos de siglos pasados hasta llegar a enlazar con el sendero oficial de Aspe y su atractivo entorno del paisaje con arcillas y yesos modelados por el paso del tiempo. Además, podríamos extender la ruta con restos de antiguas minas de agua, la histórica cantera de Santa María, marcas de carriladas íberas y quizás los relieves esculpidos por Mariano Ros con motivos ilicitanos. En lugar de esto, hasta la fecha se ha permitido el reciente cierre de un camino histórico por el propietario de los terrenos en el margen derecho del pantano, así como el vallado de varios acueductos en el interior de una finca privada en el paraje del Agua Dulce y Salada; o el arranque de muchos ejemplares de nuestro popularmente conocido como Chopo Ilicitano con la fácil excusa política empleada para justificar igualmente la desaparición del emblemático pino del barrio de San Antón o el Álamo blanco más antiguo de Elche ubicado en la carretera de Dolores, de que no están catalogados, porque precisamente ningún gobierno de Elche ha publicado el Catálogo exigido por la ley.
Sólo se aprecia lo que se conoce, y cuando se conoce se desea su conservación y se adoptan medidas para fomentarlo. Pero si no se conoce, sucede como con el cantueso alicantino que casi sólo saben los científicos que es una especie endémica de nuestra región en todo el mundo, y aunque no podamos controlar que se siga arrancando impunemente de las sierras para el tradicional consumo humano e incluso la elaboración de productos industriales, sí que podríamos fácilmente incluir esta especie o el llamado Chopo Ilicitano procedente del Eúfrates en las actuales obras que incluyen la reforestación de la ladera del cauce urbano del río Vinalopó, o en el proyecto de jardín botánico universitario con un itinerario educativo señalizado. Igualmente, se podría realizar un vídeo promocional de las torres vigías que hubo en Elche para avisar encendiendo antorchas de la llegada de enemigos a la costa desde la Edad Media, empezando por las torres costeras como la derruida de El Pinet, siguiendo por otras torres como la del Marqués de Asprillas, El Palombar, La Cañada, torres de Torrellano, Ressemblanch, Vaïllo de Llanos, etc. Además, se podría recrear la antigua función de cinturón perimetral de protección que tuvo el bosque de palmeras para amortiguar el impacto de los ataques enemigos a la ciudad de Elche, con su antigua muralla y otras puertas externas de acceso cuyo nombre todavía se conserva en nuestro callejero como son Puertas Coloradas, Puerta de Orihuela, Puerta de Alicante, Portal de Grañana, Porta de la Morera, etc. Pero si no conservamos casi nada, ni señalizamos como en otros pueblos los árboles centenarios, monumentales y emblemáticos cuyos propietarios están orgullosos de conservar; no tenemos nada que ofrecer al turista ni a nuestros hijos, como herencia cultural de un pueblo. Como muestra de la poca sensibilidad pública, simplemente una exposición de fotografías sobre árboles singulares de Elche que pretendo llevar a un espacio público municipal de exposiciones a lo largo del 2013, y no obtengo respuesta.
Raúl Agulló Coves
Publicado por: Raúl Agulló
Fuente: Camp d'Elx