PEBETERO IBÉRICO EN FORMA DE CABEZA FEMENINA
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Recipiente cerámico realizado a molde, con pasta de color ocre, en forma de cabeza femenina. De aspecto cilíndrico, troncocónico, cerrado, con la parte media-superior hueca, utilizada como receptáculo para la contención de brasas, a modo de hornillo. Cara superior circular y cóncava, con 5 orificios de tamaño reducido, y una entrada lateral de mayor tamaño, situada sobre la parte opuesta del rostro, que permite avivar la combustión.
Fue hallada por Juan Ribelles Amorós en la denominada Tumba 2 de la necrópolis ibérica de El Campet (Novelda), como parte de un ajuar funerario formado por distintas piezas cerámicas y objetos de metal, elaborados en bronce y hierro.
La partida rural de El Campet comprende una amplia zona situada sobre ambos márgenes del río Vinalopó, entre los términos municipales de Novelda, Monforte del Cid y Aspe, hallando por toda su extensión numerosos restos arqueológicos de amplia cronología, que demuestran la ocupación humana de todo el valle desde el siglo V a.C. al siglo IV d.C., documentando así el tránsito entre la cultura ibérica y la romanización hasta el Bajo Imperio.
Detalle de los orificios superiores y posterior del Pebetero o quemaperfumes.
Los pebeteros o quemaperfumes fueron objetos de marcado simbolismo cultural, relacionados con el ámbito de la liturgia. Su origen se sitúa en el Medio Oriente, hallando en Chipre los paralelos más antiguos entre el 1.500-1.200 a.C. Uso que perduró durante siglos, siendo adoptado por numerosas culturas y religiones, como la fenicio-púnica o la helenística, generalizándose a partir de ellas por todo el Mediterráneo central y occidental, gracias a las vías comerciales marítimas y el intercambio de productos.
Conceptualmente, el aspecto femenino de los pebeteros se asocia con los cultos a la Diosa Tanit fenicio-púnica, o a la Démeter-Core helenística, representando así a la Diosa Madre de la fecundidad y la fertilidad por medio de distintos atributos.
Desde finales del siglo IV a mediados del siglo II a.C., la presencia de estos objetos en los yacimientos arqueológicos ibéricos de nuestro entorno geográfico, situado en el antiguo territorio contestano, es relativamente frecuente, en relación a los espacios de culto, tanto públicos como privados o domésticos, así como a los lugares vinculados al ritual funerario. De hecho, la localización en las necrópolis de estos recipientes, parece indicar su posterior deposición en la tumba, tras la incineración del difunto y sus objetos personales, ya que no suelen presentar huella alguna de cremación, por lo que su función debió ser distinta a la del conjunto de ofrendas al fallecido.
La presente pieza, conservada en el Museo Arqueológico de Novelda, data entre finales del s. III y los inicios del s. II, hallando paralelos similares en el Castillo de Guardamar, el Tossal del Polop (Benidorm), en el Puntal dels Llops (Olocau, Valencia), o en el Castellet de Bernabé y el Tossal de Sant Miquel (Líria, Valencia), entre otros., aunque bien es cierto que existen algunas terracotas de procedencia siciliana datadas en el siglo IV a.C., como las localizadas en la Albufereta de Alicante.
- Dimensiones: Diámetro máx. borde: 9,2 cm.; Diámetro máx. base: 8,1 cm.; Altura: 15,5 cm.
- Depósito: Museo Arqueológico de Novelda.
- Signatura: Campet – 322
Paralelos
- (Muñoz. Tipo A) Muñoz Amilibia, A.M. 1963: Pebeteros ibéricos en forma de cabeza femenina. Coroplastia ibérica, I. Instituto de Arqueología de la Universidad de Barcelona, 5: 33-34.
Referencias bibliográficas
- Francia Galiana, M. y Roselló, N. 1988: Catalogación y estudio de los materiales ibéricos y romanos expuestos en el Museo Arqueológico Municipal de Novelda. Ayudas a la Investigación 1984-1985, Vol. 2. Instituto de Cultura “Juan Gil-Albert”. Alicante: 61-80.
Localización: Ver Mapa Partida Campet
Fuente:Museo Arqueológico de Novelda