SERRA DEL MIGDIA
- Compartido por Tormos
- Compartido en Tormos
- Accesos: 1492
- Correo electrónico
Saliendo desde la pequeña población de Tormos, en esta ruta se recorre la parte central de la Serra del Migdia o Sierra del Cabal, aunque también aparece nombrada en muchas ocasiones como Serra del Cavall.
Se trata de una ruta dura y para gente algo experimentada en este tipo de travesías, ya que gran parte de ella se hace campo a través, bien entre vegetación tupida o bien por la cresta de la sierra, formada por roca lapiaz, no peligrosa de recorrer, pero sí incómoda.
pincha aquí versión para imprimir
pincha aquí versión satélite WIKILOC
Para iniciar la ruta hay que dirigirse al Cementerio de Tormos, frente al cual hay espacio suficiente en la cuneta de la carretera para dejar el coche.
Junto a los edículos blancos con las hornacinas que representan las estaciones del Vía Crucis, empieza un sendero balizado con algunas marcas blancas-amarillas y un poste indicativo de la PR-CV 58.
Pero esta ruta discurrirá en sentido contrario, por lo que este sendero será el final del trayecto.
En esta ocasión lo que se hace es seguir los edículos del Vía Crucis y a su término, empezar a ascender hacia la Costera de Moll tras los chalets.
Es el primer hándicap de esta ruta, ya que la senda se pierde muy fácilmente al estar el terreno muy revuelto por el paso del ganado.
Por tanto es imposible explicar el trazado a seguir y cada uno debe buscar el camino que le parezca más adecuado para llegar, como se ve en el mapa, hasta el collado.
Una vez en el collado, ya aparece perfectamente clara la senda por donde seguir.
Una vista hacia la zona de els Barrancs.
El sendero sobrepasa els Penyals y pasa junto a una interesante línea de acantilados, en una zona poblada de pinos.
Queda atrás la línea de arbolado y aparece un terreno cubierto tan solo con monte-bajo.
La senda se va acercando al cauce del Barranc de la Palla y en la otra vertiente, destaca una cueva poco accesible, cerrada con una reja para proteger una serie de pinturas rupestres.
El sendero desciende hasta casi el fondo del barranco.
A poco menos de un centenar de metros, se cruza definitivamente a la ladera izquierda, según se sube.
Esta ladera de la umbría está bastante cubierta de vegetación, tanto arbustiva y palmito, como por pinar.
Se pasa frente a la Cova del Peret, que haría las veces de refugio y corral.
Se prosigue por un prado con bastante vegetación, por lo que la senda prácticamente desaparece, pero hay que pasar junto a una gran higuera.
Se llega a un “Conjunto Hidrológico” llamado Els Pouets del Barranc de la Palla, formado por un par de pozos y una larga pileta para beber el ganado.
Ahora empieza el segundo tramo “salvaje” de esta ruta, al iniciar el ascenso desde los pozos hacia la cresta de la sierra, sin ninguna dificultad destacable, tan solo que hay que ir campo a través.
Este cordal del Puntal del Morrut es muy ancho y aunque está bastante quebrado al ser de tipo lapiaz, se trata de buscar el trazado que se vea más asequible.
Esta es la cima del Puntal del Morrut, con 745 metros es el punto más elevado de la Serra del Migdia.
Se continúa la ruta hacia el Oeste, descendiendo por una ladera con menos desnivel y mucho más sencilla de recorrer, pero como la anterior, sin senda que seguir. Tan solo con la dificultad de evitar la vegetación de pequeño tamaño que la cubre.
Se desciende hasta llegar a una canal que baja hacia la izquierda y por cuyo fondo pasa una senda.
El objetivo es descender por el cordal de la sierra hasta la cabecera del Barranc dels Oms.
Pero en esta ocasión, antes se sube hasta la peña de 704 metros junto a la que se pasa, en cuya cima hay un puesto de caza y desde donde se tienen una magnífica vista de el Parat dels Oms a la izquierda y tras la brecha de la cabecera del Barranc dels Oms, l’Alt de la Mançanera.
Para continuar se desciende de la peña por la brecha que hay a la derecha y tras cruzar sobre los bancales escalonados con muros de piedra, se llega sobre el cordal y se inicia el descenso.
En un principio, este tramo no reviste ninguna dificultad.
Una casa en ruinas que hay al frente sirve de referencia y tan solo al final hay que destrepar un poco, para cruzar un barranco.
Se pasa tras las ruinas de una antigua casa de labor.
Vistas desde la casa.
Nuevamente aparece otro tramo algo complejo, al tener que seguir tras la casa y adentrarse por los bancales escalonados con muros de piedra, cubiertos de vegetación que molesta al paso.
El objetivo es avanzar por donde se pueda, para llegar a un grupo de chopos que aparecen al fondo.
Esta pequeña arboleda manifiesta la existencia de un nacimiento de agua, en esta ocasión tan solo evidente en el principio del Barranc dels Oms, donde aparece un hilo de agua que mantiene llena una pequeña charca.
Ahora se continúa por una senda hacia el Oeste.
Va subiendo suavemente hasta sobrepasar un antiguo cercado roto y se empieza el descenso por una pista forestal, siguiendo la cara Norte de l’Alt de la Mançanera.
La pista forestal cruza un corral donde se encuentra un pozo.
Finalmente se enlaza con un camino encementado, por el que también se circula en la ruta nº 169.
Se avanza por el Pla de la Mançanera, dejando a la izquierda el Corral de la Neu.
Al frente destaca la Solana de Montnegre, al igual que una amplia zona que la rodea, quemados en un reciente incendio forestal.
Como se ve en el mapa, se deja el camino asfaltado por una pista forestal, cerrada por una cadena, que aparece a la derecha.
Esta pista forestal es el acceso a unos bancales abandonados, por los que se continúa hasta el final.
Al dejar los bancales se sube hacia lo alto de la loma, calcinada por el incendio.
Como se ve, poco más de un mes después de quemarse, la hierba, el palmito y mucho del monte bajo, empieza a brotar.
Como es sabido, los pinos mueren definitivamente, sin posibilidad de rebrotar.
Ahora hay que localizar el sendero que recorre la cara Norte de, primero el Tossal de la Catxutxa y posteriormente la Penya del Migdia.
El corte del incendio quedó en esta ladera, por lo que se va pasando de recorrer zonas quemadas, a circular por otras que se salvaron.
La senda llega hasta la cresta de la sierra.
Una vez en la cresta, se puede seguir por una senda por la cara Norte, izquierda.
Pero en este caso, se sigue campo a través por la cresta, cruzando un tramo entre pinos que resulta más atractivo.
Al salir del pinar, se tienen estas magníficas vistas de la parte alta del Barranc de la Palla, por donde se subió al principio de la ruta.
El trasiego por esta larga cresta, aunque incómoda por el terreno rocoso y quebrado, no reviste ninguna dificultad especial. Evidentemente hay que tener un cierto nivel técnico y físico.
El último tramo, la subida definitiva al Alt del Cavall, es un poco más exigente, al ganar verticalidad y por tanto, aunque no hay trazado marcado y cada uno ha de elegir el más adecuado a sus posibilidades, es inevitable tener que realizar alguna pequeña trepada sin mayor importancia.
Tras este último esfuerzo, se alcanza el Vértice Geodésico del Cavall (708 m.).
Ahora el descenso por la cresta sigue siendo complejo por las características rocosas del terreno, buscando en cada momento el mejor y más adecuado paso a seguir, teniendo en cuenta que siempre es más incómodo destrepar que trepar.
Cuando se pueda, hay que ir dejando la cresta e ir descendiendo por la ladera Norte.
Hasta llegar a la altura de las ruinas de una casa situada en el Pla dels Pouets.
Momento en el que todavía se complica un poco más el descenso, al tener que dirigirse hacia la casa en ruinas por donde se pueda, ya que no hay senda y el terreno por el momento sigue siendo bastante inclinado y posteriormente, se encuentra cubierto por un tupido manto de vegetación arbustiva de buen tamaño que habrá que ir sorteando.
Unos metros antes de alcanzar las ruinas, aparece un sendero bien delimitado, al pertenecer a la PR-CV 58, por el que se inicia el último tramo de la ruta sin mayor problema.
Se cruzan una serie de antiguos bancales de cultivo abandonados y amplias zonas totalmente cubiertas de palmito, en las que la senda desaparece engullida por sus hojas.
Se trata de una senda muy agradable de recorrer, sobre todo al circular por la umbría de els Resingles.
Sin opción a pérdida, se llega a un cruce de sendas, donde un cartel indicativo marca a la izquierda para bajar hasta la población de Sagra y al frente, hacia Tormos.
Tras otro largo tramo de descenso, ya está a la vista el Cementeri de Tormos y junto a él, el coche.
Ruta de 13,02 Km realizada en 360' el 23/06/2015
Se trata de una ruta dura y para gente algo experimentada en este tipo de travesías, ya que gran parte de ella se hace campo a través, bien entre vegetación tupida o bien por la cresta de la sierra, formada por roca lapiaz, no peligrosa de recorrer, pero sí incómoda.
pincha aquí versión para imprimir
pincha aquí versión satélite WIKILOC
...
Mapa ruta nº 198 Serra del Migdia
Mapa ruta nº 198 Serra del Migdia
Para iniciar la ruta hay que dirigirse al Cementerio de Tormos, frente al cual hay espacio suficiente en la cuneta de la carretera para dejar el coche.
Junto a los edículos blancos con las hornacinas que representan las estaciones del Vía Crucis, empieza un sendero balizado con algunas marcas blancas-amarillas y un poste indicativo de la PR-CV 58.
Pero esta ruta discurrirá en sentido contrario, por lo que este sendero será el final del trayecto.
En esta ocasión lo que se hace es seguir los edículos del Vía Crucis y a su término, empezar a ascender hacia la Costera de Moll tras los chalets.
Es el primer hándicap de esta ruta, ya que la senda se pierde muy fácilmente al estar el terreno muy revuelto por el paso del ganado.
Por tanto es imposible explicar el trazado a seguir y cada uno debe buscar el camino que le parezca más adecuado para llegar, como se ve en el mapa, hasta el collado.
Una vez en el collado, ya aparece perfectamente clara la senda por donde seguir.
Una vista hacia la zona de els Barrancs.
El sendero sobrepasa els Penyals y pasa junto a una interesante línea de acantilados, en una zona poblada de pinos.
Queda atrás la línea de arbolado y aparece un terreno cubierto tan solo con monte-bajo.
La senda se va acercando al cauce del Barranc de la Palla y en la otra vertiente, destaca una cueva poco accesible, cerrada con una reja para proteger una serie de pinturas rupestres.
El sendero desciende hasta casi el fondo del barranco.
A poco menos de un centenar de metros, se cruza definitivamente a la ladera izquierda, según se sube.
Esta ladera de la umbría está bastante cubierta de vegetación, tanto arbustiva y palmito, como por pinar.
Se pasa frente a la Cova del Peret, que haría las veces de refugio y corral.
Se prosigue por un prado con bastante vegetación, por lo que la senda prácticamente desaparece, pero hay que pasar junto a una gran higuera.
Se llega a un “Conjunto Hidrológico” llamado Els Pouets del Barranc de la Palla, formado por un par de pozos y una larga pileta para beber el ganado.
Ahora empieza el segundo tramo “salvaje” de esta ruta, al iniciar el ascenso desde los pozos hacia la cresta de la sierra, sin ninguna dificultad destacable, tan solo que hay que ir campo a través.
Este cordal del Puntal del Morrut es muy ancho y aunque está bastante quebrado al ser de tipo lapiaz, se trata de buscar el trazado que se vea más asequible.
Esta es la cima del Puntal del Morrut, con 745 metros es el punto más elevado de la Serra del Migdia.
Se continúa la ruta hacia el Oeste, descendiendo por una ladera con menos desnivel y mucho más sencilla de recorrer, pero como la anterior, sin senda que seguir. Tan solo con la dificultad de evitar la vegetación de pequeño tamaño que la cubre.
Se desciende hasta llegar a una canal que baja hacia la izquierda y por cuyo fondo pasa una senda.
El objetivo es descender por el cordal de la sierra hasta la cabecera del Barranc dels Oms.
Pero en esta ocasión, antes se sube hasta la peña de 704 metros junto a la que se pasa, en cuya cima hay un puesto de caza y desde donde se tienen una magnífica vista de el Parat dels Oms a la izquierda y tras la brecha de la cabecera del Barranc dels Oms, l’Alt de la Mançanera.
Para continuar se desciende de la peña por la brecha que hay a la derecha y tras cruzar sobre los bancales escalonados con muros de piedra, se llega sobre el cordal y se inicia el descenso.
En un principio, este tramo no reviste ninguna dificultad.
Una casa en ruinas que hay al frente sirve de referencia y tan solo al final hay que destrepar un poco, para cruzar un barranco.
Se pasa tras las ruinas de una antigua casa de labor.
Vistas desde la casa.
Nuevamente aparece otro tramo algo complejo, al tener que seguir tras la casa y adentrarse por los bancales escalonados con muros de piedra, cubiertos de vegetación que molesta al paso.
El objetivo es avanzar por donde se pueda, para llegar a un grupo de chopos que aparecen al fondo.
Esta pequeña arboleda manifiesta la existencia de un nacimiento de agua, en esta ocasión tan solo evidente en el principio del Barranc dels Oms, donde aparece un hilo de agua que mantiene llena una pequeña charca.
Ahora se continúa por una senda hacia el Oeste.
Va subiendo suavemente hasta sobrepasar un antiguo cercado roto y se empieza el descenso por una pista forestal, siguiendo la cara Norte de l’Alt de la Mançanera.
La pista forestal cruza un corral donde se encuentra un pozo.
Finalmente se enlaza con un camino encementado, por el que también se circula en la ruta nº 169.
Se avanza por el Pla de la Mançanera, dejando a la izquierda el Corral de la Neu.
Al frente destaca la Solana de Montnegre, al igual que una amplia zona que la rodea, quemados en un reciente incendio forestal.
Como se ve en el mapa, se deja el camino asfaltado por una pista forestal, cerrada por una cadena, que aparece a la derecha.
Esta pista forestal es el acceso a unos bancales abandonados, por los que se continúa hasta el final.
Al dejar los bancales se sube hacia lo alto de la loma, calcinada por el incendio.
Como se ve, poco más de un mes después de quemarse, la hierba, el palmito y mucho del monte bajo, empieza a brotar.
Como es sabido, los pinos mueren definitivamente, sin posibilidad de rebrotar.
Ahora hay que localizar el sendero que recorre la cara Norte de, primero el Tossal de la Catxutxa y posteriormente la Penya del Migdia.
El corte del incendio quedó en esta ladera, por lo que se va pasando de recorrer zonas quemadas, a circular por otras que se salvaron.
La senda llega hasta la cresta de la sierra.
Una vez en la cresta, se puede seguir por una senda por la cara Norte, izquierda.
Pero en este caso, se sigue campo a través por la cresta, cruzando un tramo entre pinos que resulta más atractivo.
Al salir del pinar, se tienen estas magníficas vistas de la parte alta del Barranc de la Palla, por donde se subió al principio de la ruta.
El trasiego por esta larga cresta, aunque incómoda por el terreno rocoso y quebrado, no reviste ninguna dificultad especial. Evidentemente hay que tener un cierto nivel técnico y físico.
El último tramo, la subida definitiva al Alt del Cavall, es un poco más exigente, al ganar verticalidad y por tanto, aunque no hay trazado marcado y cada uno ha de elegir el más adecuado a sus posibilidades, es inevitable tener que realizar alguna pequeña trepada sin mayor importancia.
Tras este último esfuerzo, se alcanza el Vértice Geodésico del Cavall (708 m.).
Ahora el descenso por la cresta sigue siendo complejo por las características rocosas del terreno, buscando en cada momento el mejor y más adecuado paso a seguir, teniendo en cuenta que siempre es más incómodo destrepar que trepar.
Cuando se pueda, hay que ir dejando la cresta e ir descendiendo por la ladera Norte.
Hasta llegar a la altura de las ruinas de una casa situada en el Pla dels Pouets.
Momento en el que todavía se complica un poco más el descenso, al tener que dirigirse hacia la casa en ruinas por donde se pueda, ya que no hay senda y el terreno por el momento sigue siendo bastante inclinado y posteriormente, se encuentra cubierto por un tupido manto de vegetación arbustiva de buen tamaño que habrá que ir sorteando.
Unos metros antes de alcanzar las ruinas, aparece un sendero bien delimitado, al pertenecer a la PR-CV 58, por el que se inicia el último tramo de la ruta sin mayor problema.
Se cruzan una serie de antiguos bancales de cultivo abandonados y amplias zonas totalmente cubiertas de palmito, en las que la senda desaparece engullida por sus hojas.
Se trata de una senda muy agradable de recorrer, sobre todo al circular por la umbría de els Resingles.
Sin opción a pérdida, se llega a un cruce de sendas, donde un cartel indicativo marca a la izquierda para bajar hasta la población de Sagra y al frente, hacia Tormos.
Tras otro largo tramo de descenso, ya está a la vista el Cementeri de Tormos y junto a él, el coche.
Ruta de 13,02 Km realizada en 360' el 23/06/2015
Fuente: Geoelx