Adentrarse en la Vall de Gallinera cualquier fin de semana de sol y buen tiempo es observar un ir y venir de coches, excursionistas, ciclistas y bares llenos (todo lo que permite esta situación pandémica).

¿Aparcar en Benissivà un sábado a las 10h de la mañana? Casi imposible. El interior de la Marina Alta siempre ha tenido su encanto pero desde que empezaron las restricciones al ocio por la pandemia, la riqueza natural de esta zona está siendo descubierta por más y más visitantes.

Uno de los grandes tesoros de ‘la Vall’ son sus cerezos. Al igual que sucede en los otros valles de la Marina Alta, Vall d’Ebo, Vall de Laguar y Vall d’Alcalà, la Vall de Gallinera se llena cada primavera de color y aroma a cerezo.

Felip Mengual, habitante de Benissivà, uno de los ocho núcleos de la Vall de Gallinera, nos muestra con pasión -la de una persona orgullosa de su tierra- el delicado proceso que transita el cerezo hasta conseguir dar el fruto, la roja cereza con denominación de origen propia, que en poco más de un mes empezará a disfrutarse en toda Europa.

“Desde que sale la flor hasta que empezamos a recoger las cerezas pasant unos 40 días pero pueden llegar a ser 50 si ha hecho muy frío o solo 30 si hace mucho calor”, nos explica Felip a pie de campo mientras disfrutamos de una Vall de Gallinera en pleno proceso de floración.

El tesoro de 'la vall'

Los agricultores de la zona trabajan muy arduo todo el año para que la cereza de aquí sea la mejor y de hecho, ese es su principal objetivo según nos explica el de Benissivà: “No podemos competir en cuanto a cantidad con otras zonas de producción pero en calidad sí tenemos mucho que decir”.

Además, la Vall de Gallinera cuenta con una gran suerte: “Somos la primera zona de toda Europa en sacar la cereza al mercado”. Sin duda, un hecho que los hace especiales y distintos. De hecho, pueden adelantarse incluso dos semanas al resto del continente.

La cereza de la zona está cuidada y protegida por el Consejo Regulador de la Denominación Específica de Cereza Montaña de Alicante y la podemos encontrar en el mercado con la denominación de origen, Cireres Muntanya d’Alacant.

Entre la Serra Foradà y la Serra de l’Almirant, se encuentra la Vall de Gallinera, un municipio formado por ocho núcleos (Benirrama, Benialí, Benissivà, Benitaia, Alpatró, La Carroja, Llombai y Benissili), poblado por 571 habitantes y con una riqueza rural y paisajística única en la Marina Alta.

Fuente: lamarinaalta.com